METALES
El metal ha tenido una gran importancia para la humanidad, por fortuna sigue siendo muy útil en distintas áreas y para la Señalética lo es también.
Posee dos propiedades importantes: La resistencia y la versatilidad de formas y tamaños. Los más usados son: El Acero y El Aluminio Acero:El Acero es básicamente una aleación o combinación de hierro y carbono (alrededor de 0,05% hasta menos de un 2%). Algunas veces otros elementos de aleación específicos tales como el Cr (Cromo) o Ni (Níquel) se agregan con propósitos determinados.
Ya que el acero es básicamente hierro altamente refinado (más de un 98%), su fabricación comienza con la reducción de hierro (producción de arrabio) el cual se convierte más tarde en acero. El hierro puro es uno de los elementos del acero, por lo tanto consiste solamente de un tipo de átomos. No se encuentra libre en la naturaleza ya que químicamente reacciona con facilidad con el oxígeno del aire para formar óxido de hierro - herrumbre. El óxido se encuentra en cantidades significativas en el mineral de hierro, el cual es una concentración de óxido de hierro con impurezas y materiales térreos.
Letras corpóreas
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Aluminio
El aluminio es uno de los elementos más extendido en el mundo. No se conocía en la antigüedad, fue en 1854 cuando el francés Henri Sainte Claire Deville produjo por primera vez, a nivel industrial, el aluminio, que no se encuentra en la naturaleza en estado puro.
El proceso para la producción de aluminio se realiza extrayendo de la bauxita, mediante purificación, la alúmina y, en una segunda fase, mediante electrolisis se obtiene el metal. Gracias a sus características, el aluminio es, después del hierro, el metal, más extendido, con una producción anual de aproximadamente 31 millones de toneladas. Generalmente no se utiliza puro, sino en aleación, que aumentan todavía más sus amplias características de base. Las principales características del aluminio son: Ligereza: El aluminio tiene un peso muy reducido: pesa solamente un tercio que el acero con el mismo volumen, permitiendo, de esta manera, obtener importantes ahorros de peso en casi todos los tipos de aplicaciones, sobre todo, la mecánica. Duración: El aluminio, gracias a la capacidad de desarrollar una película en la que no puede penetrar el óxido en las superficies expuestas, no está sometido a problemas de corrosión atmosférica, habituales en el hierro y el cobre, y no requiere ningún tipo de pintura de protección. Por este motivo, está especialmente indicado para aplicaciones arquitectónicas y navales, así como la fabricación de cerramientos y fachadas continuas. Conductividad: El aluminio tiene una extraordinaria conductividad eléctrica que lo hace indispensable para la electrónica y las aplicaciones eléctricas. Permite realizar líneas de gran longitud con cables de aluminio capaces de conducir la corriente eléctrica en cantidad doble que las de cobre del mismo peso. De hecho, se presta también a aplicaciones de calefacción y refrigeración. No tóxico: Es un material atóxico, muy utilizado para conservar alimentos y bebidas. Maleabilidad: El aluminio es muy maleable y puede modelarse, con todas las técnicas habituales de tratamiento, con más facilidad que la mayoría de otros metales. Se puede forjar, laminar hasta obtener una hoja muy fina, extrusar en perfiles complejos o plegar. Versatilidad: La posibilidad de utilizar el metal en aleaciones, que pueden ser rígidas o elásticas, especialmente sólidas y resistentes a la corrosión, permite adaptar el aluminio a una amplia gama de necesidades. Reciclabilidad: El aluminio se recicla con gran facilidad y con un coste energético reducido: actualmente, una cuarta parte de las necesidades de aluminio en Europa se abastece utilizando metal de segunda fusión que, a su vez, puede reciclarse indefinidamente |